domingo, 1 de agosto de 2010

LA ECUACIÓN

Me gustan las matemáticas, siempre me han gustado aunque reconozco que solía tener mala suerte en los cálculos y terminaba suspendiendo porque los totales no se parecían ni por casualidad a las respuestas correctas. Pero me gustan las matemáticas. Realmente todo es matemáticas, hasta nuestras vidas son puras matemáticas. Es muy simple, cada cual maneja en su vida diaria, en su rutina, una serie de valores, más o menos fijos y otros más o menos variables que al final, si se suman, darán como resultado nuestro "número mágico", aquel que nos define en un momento dado. El trabajo, la familia, la pareja, los estudios, el nivel de vida, los problemas, la comida...todo son variables que sumadas dan un resultado, el resultado de nuestra vida. Ese resultado nos define pues habrá quien esté conforme con el número, otros que piensen que es muy grande y los que lo vean muy pequeño. El problema parece obvio, los resultados pequeños. Hay que pensar que todas las variables, por pequeñas que sean tienen su peso específico en la fórmula por lo que hay que prestarles a atención correspondiente. Si queremos subir el valor final hasta un nivel que nos satisfaga, habrá que revisar una por una las variables, y ver en cuales hay que operar. También es interesante recordar que podemos hacer mayor el número ampliando el numero de variables (las que suman) o disminuyéndolas (las que restan). Y, a veces, hay que sustituir una variable por otra similar aunque de mayor valor. Parece sencillo, cambiamos y aumentamos las variables y el resultado será mayor pero... ¿como funcionan las variables? ¿son confiables?. Bueno, son variables y por muy "constantes" que las queramos ver, siempre serán variables. Por ejemplo, tener un buen coche es una variable que sin duda sumará (si el coche nos sale bueno y no se avería mucho). El coche va a estar ahí hoy y mañana y pasado pero...podríamos tener un accidente y desaparecer ese valor positivo o, lo que es peor, tornarse negativo. No, sin duda la ecuación está formada sólo por variables. Sin duda hay que vigilar la ecuación TODOS LOS DIAS y A CADA MOMENTO pues es una ecuación viva, tan viva como lo que representa, la vida. Hay que hacer un repaso de los valores positivos y ver como mantenerlos o potenciarlos y, al contrario, los negativos minimizarlos o eliminarlos. Si no es posible, habrá que ver la opción de agregar nuevas variables positivas para que el total sume. ¿Qué se puede agregar?. Cualquier cosa que nos aumente el umbral de felicidad, que aumente el número final de la ecuación. Pero ojo, no todas las variables van a ser permanentes sino que hay muchas temporales, que caducan y que deben ser sustituidas por otras para mantener el valor final. Un viaje deseado aumentará el valor durante el viaje y durante un tiempo después, mientras se recuerda pero llegará a difuminarse el valor y se debería, en ese momento o antes, hacer otro viaje que mantenga la variable "viajes" en cierto equilibrio. También es cierto que el peso de las variables no es el mismo ya que unas tienen mucho más valor que otras. Estar enamorado es una gran variable con un valor muy superior a, por ejemplo, tomar un café después de comer. Estas "grandes" variables son las que realmente sostienen la fórmula y si desaparecen o, peor aún, toman valores negativos, el resultado final cae en picado. Hay que ser conscientes y pensar fríamente al respecto. No se puede consentir que nuestra fórmula acabe con valores muy pequeños o negativos ya que entonces la vida empezará a parecernos gris o negra o innecesaria. Decidídamente hay que estar vijilantes. ¿qué se puede hacer en el peor de los casos de pérdida de valor de estas variables?. Lo primero, mantener la calma y pensar que nuestra fórmula es recuperable pues sabemos que funciona con variables que pueden cambiar o podemos cambiar y así recuperar el nivel de valor deseado. Eso siempre hay que pensarlo pues es nuestro punto de partida. Y no olvidemos la posibilidad de agregar nuevas variables (que hasta entonces tal vez no hemos sopesado, como pueden ser hobbies o actividades lúdicas agradables) y eliminar las negativas. Al final resulta que si somos infelices es porque queremos, porque no nos ponemos a revisar la fórmula y actualizar las variables. Pero claro, hay variables que nos parecen muy complejas y que tal vez no sepamos manejar cuando se tuercen (como el amor, por ejemplo). Pues no hay más solución que verla como varialbe matemática y, o bien la eliminamos (aunque sea de forma temporal) y la sustituimos por otras de otro tipo para compensar la pérdida o bien la dejamos a 0 para conseguir que, si no suma, que tampoco reste. ¿Como se deja a 0 una variable?. Ese es el problema, evitar los daños cuando una variable se torna o se va a tornar negativa y no podemos o no sabemos eliminarla o cambiar su valor. Desde mi punto de vista la mejor forma es olvidarse de la variable, olvidar que existe, congelarla. Cuando congelamos algo deja de llegar su calor y así podremos convivir con ella pero sin que nos afecte y buscar, si se desea, otra variable positiva que sustituya o bien símplemente dejar que la vida nos agregue esa variable. Para congelar una variable pienso que la mejor forma es concienciarse de todo lo negativo que representa y del daño que nos puede hacer. Y hay que seguir viviendo y buscando equilibrar nuestra ecuación. Por ejemplo, si una relación deja de funcionar por una parte pero no por la otra, esta última parte intentará mantener el valor pero será inútil pues es una variable dependiente de otras ecuaciones ajenas. Dejar a 0 una variable es el primer paso para eliminarla definitívamente (si es lo que se desea). Claro que... la vida tiene sus propias reglas y resulta que hay variables que interactúan con otras de tal forma que si unas suben el valor, las otras también y viceversa. Si se fracasa en una relación, la variable "amor" sin duda bajará de valor pero otras como la "autoestima" podrían verse afectadas y bajar también. Por eso hay que intenter desligar unas variables de otras para evitar estos descalabros en cadena. Una relación es como un negocio y puede fracasar por mil razones. Se cierra el negocio y se abre otro y punto. No se trata de que seamos mejores o peores, sino que la confluencia de ciertas razones hacen que se produzca el fracaso. Recordemos a la variable "me gusto a mí mismo" que es fácil que la vinculemos con "creo que no le gusto a nadie", lo cual no es cierto porque siempre hay alguien a quien le gustamos, SIEMPRE, aunque nos cueste encontrar a esa persona (o personas). La variable "me gusto a mí mismo" se tiene que potenciar, por tanto, y mantenerla en valores altos y eliminar la variable "creo que no le gusto a nadie" o congelarla a valor 0. Hay que pensar que lo que en un momento dado podemos ver como absoluto realmente es relativo. La vida es siempre relativa, no hay nada absoluto. Todo es cambiable. En resumidas cuentas, la ecuación de nuestra vida está ahí, abierta para sumarle variables, incrementar el valor de las existentes o eliminar las negativas. Como vemos, aumentar el valor de nuestra felicidad se puede conseguir por diversos medios y siempre, siempre es factible. Sólo hay que buscar qué variables queremos tener en nuestra vida y eliminar las que sobran, en la medida de lo posible. Y cuidar dichas variables, estar atento a sus necesidades para que luzcan siempre con valores muy altos. Eso sí,... si me incorporáis a vuestra ecuación de vida como una variable más, quisiera ser un número positivo que os aporte algo de felicidad o mucha felicidad. No me gusta vivir congelado. Sed felices. Foto y texto: Mascayemas.

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