EL DETALLE Y LA SINCERIDAD, AGUA REFRESCANTE

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Una de las cosas que suelen ocurrirnos de vez en cuando es ser sorprendidos por algún detalle de los demás. ¿Porqué la gente en general tiene detalles con otras personas o porqué no?. Para mí, el detalle es un acto importante. Eso sí, no hablo del detalle forzado, del detalle contínuo, del detalle por costumbre. No, el detalle es algo diferente, o debería ser. Surge de forma natural, como una necesidad y surge del sentimiento, de la necesidad de dar no de recibir. Comprendo que vivimos tiempos de mucha prisa, de muchas cosas que hacer, de mucho calentamiento de cabeza y que el detalle se escapa de la memoria dejándolo por otras cosas. Realmente deberíamos hacer un esfuerzo por ser detallistas, principalmente con la gente a la que apreciamos o que suponemos nos aprecia y, si es posible, con cualquier otra persona. Pero hay que hacerlo de corazón, porque pensemos que dicho detalle le hará bien a los demás, no con terceras intenciones, no como un simple agasajo. En esta vida no existe la seguridad absoluta, todos tenemos inseguridades y la de perder a las personas apreciadas (amigos, parejas, …) puede ser una de ellas. El grado de seguridad, de confianza es algo personal, cada cual tiene uno pero el detalle, de ser sincero, es como un vasito de agua cuando se tiene sed, nos calma, nos afianza. Pero no hay que llegar a extremos, no se trata de estar contínuamente siendo detallista pues entonces puede aparecer el desequilibrio, el pensar que son simples agasajos tal vez con alguna finalidad oculta (aunque sean realmente detalles sinceros). Es fácil que la gente se confunda. Todos tenemos que vivir en libertad nuestras vidas, compartirlas con personas compatibles con nosotros (otro dia hablaré sobre las “locas” reglas de compatibilidad) y demostrar de vez en cuando que estamos ahí, que estas personas son importantes para nosotros. Esa es la función del detalle. Pero… ¿Qué es un detalle?. Pues…realmente cualquier cosa. El detalle no tiene forma, tamaño ni medida. Cualquier cosa que haga pensar a los demás que estamos ahí y que son importates para nosotros. Un abrazo, una llamada telefónica de solidaridad en malos tiempos, un objeto ridículo pero que ilusiona, …algo inesperado…., una foto, hasta un e-mail reenviado pueden ser detalles valorados por los demás. Lo más simple, una palabra o dos (sincera, por supuesto). Pienso que más a menudo de lo que parece pensamos en tener detalles con los demás pero, por diversas causas no los llevamos a cabo. Esto es algo que deberíamos corregir pues podría jurar sin ánimo a equivicarme que ahí fuera, alguien, en cualquier momento, tal vez de forma insconciente, está esperando un detalle de nosotros y, por supuesto, nosotros deberíamos dejar un hueco para ese pequeño detalle. El detalle, en definitiva y en una justa medida, es una de esas pequeñas cosas que nos alegran la vida, afianzan relaciones y alejan nuestros miedos…al menos durante un tiempo…hasta el próximo detalle. Agamos una pausa en nuestra atareada existencia y seamos algo más detallistas. Es un pequeño precio para una gran recompensa. Pero por favor, nada de agasajos gratuitos…o si acaso, dejarlos para los adictos al agasajo, que los hay.

Mascayemas (texto y foto).